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A mediados de 1984, el semanario "Jaque" de Montevideo se disponía
a editar un diario (que luego postergó). En tales circunstancias, solicitó
al periodista Homero Alsina Thevenet la redacción de algunas indicaciones
sobre estilo periodístico. Eso dio origen a este texto.
1-
Lea dos veces el siguiente párrafo de William Strunk:
"La escritura vigorosa es concisa. Una frase no debe contener
palabras innecesarias, ni un párrafo debe contener frases innecesarias,
por el mismo motivo que un dibujo no deberá tener líneas innecesarias ni
una máquina partes innecesarias. Esto no supone que el escritor haga
cortas todas sus frases, ni que evite los detalles ni que trate sus temas
sólo en líneas generales, sino que toda palabra importe.
2-
Comience toda nota en el centro del tema, especialmente si el propósito
es informativo. Las primeras líneas deben apresurarse a establecer Qué,
Quién, Dónde, Cuándo.
El Cómo puede esperar al segundo párrafo. Esos datos no serán
obligatorios si su sobreentendido es claro para todo lector, pero hay que
evitar la vaguedad, el equívoco y el devaneo literario. La regla rige
para la buena parte del mejor periodismo moderno. Véase el caso
A en la Addenda.
3-
Elimine al máximo el Yo, el Nosotros, los otros pronombres
respectivos (me, mí, nos) y los verbos en primera persona del
singular y del plural. El enfoque gramatical de primera persona debe
reservarse para aquello que sea absolutamente intransferible. Véase el caso
B.
4-
Prefiera la frase positiva en lugar del doble negativo. Prefiera el dato
concreto en lugar del aproximado. El lector debe recibir una sensación de
seguridad. Véase el caso C.
5-
Sea moderado con adverbios y adjetivos. No los acumule si son similares
entre sí. Reúnalos cuando sean complementario o contrastados ("La
habitación tenía un cerrado, húmedo olor..."). Véase el caso
D.
6-
Cuide los paréntesis y los entreguiones. Un paréntesis debe contener
datos incidentales como acotación útil al texto (una fecha, un sitio),
pero el paréntesis que excede las dos líneas, o que adquiere vida
propia, obliga a rehacer la frase, quizá partiéndola en dos. Recuerde
que la frase principal debe conservar una ilación gramatical tras el
cierre del paréntesis, exactamente como si éste no hubiera existido.
Recuerde también otra ilación más útil, porque un paréntesis con
cambio de sujeto, o cambio en el tiempo verbal, puede desviar al lector de
su senda anterior.
7-
Salvo casos de extrema necesidad, elimine:
7a- Los signos de interrogación; el lector quiere respuestas y no
preguntas. Eso conduce, simplemente, a que deberán escribirse las
respuestas sin escribir las preguntas respectivas. En los reportajes,
donde los signos de interrogación son necesarios, el lector ambiciona
encontrar una coherencia entre preguntas y respuestas. Las solución es
concentrar unas y otras a lo que sea relevante. En especial, hay que
abreviar las preguntas extensas o complicadas. Quien hace la entrevista
puede lucirse por la astucia de sus preguntas, pero no por sus
disertaciones.
7b- Los signos de admiración; el concepto deberá ser bastante
asombroso con sólo enunciarlo, sin que usted le coloque una bandera
encima.
7c- Los puntos suspensivos, que suelen dar una sensación de
vaguedad o de escasez informativa.
8-
Elimine las referencias al hecho mismo de estar escribiendo una
nota. Sea un espejo sin decir "aquí estoy como un espejo". La
prosa tersa no se dobla sobre si misma. Véase el caso E.
9-
Procure un flujo natural para el desarrollo de su exposición. A fin de
evitar una exposición entrecortada o vacilante:
9a- No adelante lo que tendrá que decir después: a la repetición
agregaría una posible frustración de la expectativa.
9b- No retroceda a reiterar lo que ya dijo. Si usted se repite,
incurre en uno de dos errores posibles: o ha sido incorrecta la primera
formulación, o presume (ofensivamente) que el lector no ha comprendido
una formulación que era correcta. Véase el caso F.
10-
Rescriba toda vez que pueda hacerlo. Lo han hecho, hasta el agotamiento,
casi todos los grandes escritores, a veces con terceras y cuartas
versiones del texto original. En ese proceso de corrección es imperioso
ser severo, una idea puede resultar confusa para el lector común, una
frase puede estar demasiado recargada. Si tiene a mano un lector que
ignore el tema, confíele una primera revisión del texto. Si él no
entiende algo, la culpa es de usted.
11-
Elimine rodeos y larguezas. Un título periodístico llega a alargarse
para llenar espacios, como "se experimentaron precipitaciones
pluviales en todo el sur de la república", pero siempre será mejor
que usted escriba, llanamente, "llovió en todo el sur del país".
12-
Prefiera la palabra concreta a la abstracta. Toda formulación
verbal incluye un margen de abstracción y de vaguedad, incluso en
declaraciones tan simples como "ese árbol tiene manzanas
verdes". Pero un exceso de abstracción es una invitación a que el
lector comparta los elaborados procesos mentales del escritor. En
periodismo, el lector suele resistirse. Véase el caso G.
13-
Desconfíe de los nuevos léxicos, incluso si están bendecidos or una
Academia en Madrid. Es mejor escribir standard que estándar, pero si no
quiere utilizar una palabra extranjera, procure un equivalente en
castellano (habitual, normal, reglamentario, frecuente, común, etc.). Es
mejor escribir whisky, jockey, film, que güisqui,
yoquey, filme (en lo cual incurre "El País" de
Madrid). En un ensayo que quiso ser su propia nota necrológica, Jorge
Luis Borges señaló que ciertas lecturas le ayudaron a simplificar el
vocabulario, "entorpecido entonces de curiosas fealdades: acomplejado,
agresividad, alineación, búsqueda, concienciar, conducción, coyuntural,
generacional, grupal, negociado, promocionarse, recepcionar, sentirse
motivado, sentirse realizado, situacionismo, verticalidad, vivenciar".
Agrega con humor: "Quienes condescendían a esa jerga exaltaban públicamente
el estilo de Borges".
14-
Recuerde quién es el dueño de la prosa. No es usted. No es su Jefe de
Redacción, ni su Director, ni el Administrador del diario o semanario. Es
su lector. Si usted no lo seduce en las primeras cuatro líneas, si le
complica la comprensión, si el texto se ramifica o divaga, el lector se
va de inmediato. Y además, no vuelve.
15-
Hay muchos estilos para escribir, y ninguno de ellos puede ser encerrado
en unas pocas frases de instrucciones. No hay manuales para formar un
Marcel Proust, un Borges, un ajedrecista, un pianista, un carpintero. Pero
hay manuales que ayudan a no cometer errores. El periodista veterano no
necesita instrucciones (y aunque las necesite, no las quiere). El
periodista más nuevo debe saber que el estilo no es una salsa que se
agrega a la prosa: es la manera de enfocar esa prosa, y esa manera
comienza por la comprensión del tema. Su situación es muy similar a la
que viven un arquitecto, un clarinetista, un pintor, con la diferencia de
que su difícil misión es transmitir una parte de la realidad.
16-
A Tomás Eloy Martínez se debe otra recomendación: "En cada línea
un dato; en cada párrafo una idea". Este precepto ayuda a eliminar líneas
y párrafos.
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Contenido
del documento 2:
Inicio
Algunas sugerencias para periodistas modestos
Addenda
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A
Comienzo incorrecto:
"Anochecía sobre el puerto de Montevideo. Se destacaban ya algunas
luces sobre los escasos barcos de pesca que a esa hora se aproximaban a la
costa. Algunos pescadores caminaban sobre el muelle, llevando sus bolsos
con utensilios y con lo que habían obtenido en la tarde. De pronto se
escuchó una enorme explosión. Parecía proceder de una bracaza lejana,
que..."
Comienzo correcto:
"La explosión de un tanque de combustible a bordo de una barcaza
originó anoche gran alarma en el puerto de Montevideo. No hubo víctimas.
El percance se debió, en apariencia, a..."
B
Frase débil:
"El ciudadano de Welles me pareció una obra genial, en medio de la
mediocridad de Hollywood de entonces".
Frase firme:
"El ciudadano surgió como una obra genial, en medio de la
mediocridad de Hollywood de entonces".
C
Expresión con doble negativo:
"No cumplía con mucha puntualidad los horarios de oficina".
Expresión más directa:
"Solía llegar tarde a la oficina".
Vaguedad informativa:
"Hace ya algunas décadas que el semanario Marcha inició..."
Precisión:
"En 1939 Marcha inició en el periodismo local un estilo
de..."
D
Reiteraciones:
"Inútil, estérilmente, se empeñó sin resultado en
procurar..."
Formulación mejor:
"Se empeñó estérilmente en procurar..."
E
Caídas frecuentes en la autocontemplación:
"El propósito de esta nota es examinar los factores que..."
"Como se advertirá por esa enumeración de antecedentes..."
"Cabe fijar un marco conceptual antes de emprender el análisis
de..."
"Al lector atento no se le escapará que..."
"No es nuestro objetivo reiterar lo ya dicho en..."
F
Saltos temporales indebidos:
"Más adelante se analizarán los motivos que..."
"Como quedó ya dicho en los primeros párrafos..."
G
Mucha prosa romántica, patriótica y publicitaria se apoya en
abstracciones: amor, corazón, impulso, progreso, suavidad, modernidad,
etcétera. Pero esas abstracciones deben apoyarse a su vez en elementos
concretos y asequibles. Lo ideal es que se puedan citar hechos y datos. Un
ejemplo de abstracción volátil:
"La inevitable frecuentación del desconcierto transformará al
escritor en un desconcertado que se enmascara tras una desesperada
necesidad de redención. La criatura humana no es concebible como una ciénaga.
Y entonces arremeterá, ciego de fe en la lucidez; contra los eternos
molinos de viento. Esos son los signos, su pesada lágrima, su trágica
atomización de la esperanza, las esencia última de su testimonio y de su
terca batalla" (Clarín, Buenos Aires, 16 de agosto de 1984,
suplemento cultural, última página).
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